Sid y Nancy

Corre la segunda mitad de los 70. La decadencia hippie alcanza su zénit y la oleada Punk invade Inglaterra, inundando las calles de anarquismo incontrolado e instaurando un nuevo modo de vida basado en el "Vive rápido y muere joven" que ya proclamaron en su día los Who. Como en todo movimiento las masas exigían un líder, un icono al que seguir incondicionalmente y que sirviera de guía para todo el ganado. Y aquí es donde los Sex Pistols tomaron el mando de una manera tan fugaz y desproporcionada cómo el propio caos que defendían. Pero hoy no quería centrarme en la banda en sí, me basta con hablaros de Sid y Nancy, el gran mito del rock.

La historia es simple: Estrella de la música conoce a groupie, comparten excesos, la situación se vuelve insostenible, alguien muere. Fin de la historia. Y es que el Club esta lleno de estrellas estrelladas: Kurt Cobain y su Courtney, Jim Morrison y su Pam o el inmortal Lennon con la ,esperemos no tan inmortal, Yoko Ono.

En el caso del bueno de Sid la historia no cambia y las drogas, unidas a una grave disfunción en la personalidad, terminan en asesinato y posterior suicidio. Pero para más detalles os dejo un enlace a la película que trata el tema:

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Al margen del film, que se centra casi de manera exclusiva en la tormentosa relación entre estos dos punkis torturados, tenemos la música que Sid Vicious dejó como único legado.


Me remitiré a la definición que dio el manager de los Sex Pistols sobre él: "Si Rotten es la voz del punk, entonces Vicious es la actitud". Y realmente se quedaba sólo en eso. Prácticamente inútil a la hora de manejar un bajo con propiedad, sus colegas de banda tenían la sana costumbre de apagar su ampli en mucho de los conciertos así como de sustituirle en el estudio por alguien algo más letrado en la materia. La inutilidad con el bajo llegó a tal punto que buscó el consejo de los grandes, y para ello decidió preguntarle nada más y nada menos que al gran Lemmy Kilmister (Motorhead!) con escaso resultado. Con todo y con eso, Vicious daba un espectáculo que difícilmente dejaba indiferente a nadie, su afición a la automutilación y a las drogas hacía que cada concierto fuera diferente, eso sí, anteponiendo su caótica percepción ante todo.



Seguro que los escasos 21 años con los que contaba en el momento de su muerte y el hecho de que fuera su propia madre la que le proporcionara la sobredosis mortal dejará impactado a más de uno pero nadie dijo que ser una estrella del Rock fuera fácil...cuidaros de todas las Nancys que habitan por el mundo Bourboneros!