El regreso de la mermelada, Backspacer (2009)

No sé si será algo común o sólo me pasa a mí, pero en tiempos difíciles tengo la necesidad de fijarme en las pequeñas buenas noticias que aparecen a mi alrededor para mantener el ánimo levantado. No quiero que esto suene demasiado "emo", al fin y al cabo la vida de estudiante es un chollo y si te quejas es que eres una nenaza, y en Ink&Bourbon nunca nos rebajaremos a ese nivel.

El caso es que ayer, en plena fase de insomnio, me propuse matar el rato en Internet hasta que mi cerebro dejara de realizar viajes en el hiperespacio. La sorpresa llegó cuando deambulaba por uno de los foros de fans de Pearl Jam en busca de alguna noticia sobre el nuevo disco y no sólo encontré noticias sino que además encontré el disco al completo colgado en un enlace de rapidshare. Por supuesto, no tardé ni una milésima en ponerlo a descargar y a los cinco minutos ya lo tenía en mi poder, así que aproveche que seguía en pleno momento anfetamínico -os juro que sólo me tome un café a las cuatro de la tarde- para darle una primera escucha antes de irme a dormir. Y aquí llega una de las pequeñas buenas noticias de las que hablaba en el primer párrafo: ¡el disco realmente merece la pena!

Tengo que confesar que tenía mucho miedo a que el nuevo disco se hubiera convertido en una enorme mierda. Sobre todo después de ver el horrendo sonido de la preview que hicieron en el Late Night Show de Connan O'Brien. Aviso, tampoco nos encontramos ante el disco definitivo de la banda, pero realmente se han esforzado en seguir en la línea de su anterior trabajo (Pearl Jam, 2006).

Tal vez, la mayor pega sea su escasa duración (poco más de media hora). La culpa la tienen las once canciones incluidas, y es que sólo unas pocas se atreven a rebasar los tres minutos de duración. En cualquier caso, aquí se cumple a la perfección aquello de "lo bueno, si es breve, dos veces bueno".

Los tres primeros temas son simplemente arrolladores, con esos particulares riffs que Gossard y McCready mostraron ya en los singles de su anterior álbum "Life Wasted" y "World Wide Suicide". Con la siguiente canción ,"Johnny Guitar", sigue el ritmo rápido, aunque los de Seattle bajan la intensidad para no saturar al personal.

LLegada casi la mitad del disco te preguntas si Vedder se habrá olvidado de las baladas por primera vez en su existencia como compositor, pero nada más lejos de la realidad, después de la caña metida en los primeros diez minutos de disco, llega el momento de relajarse con la melancolía que sólo Eddie sabe transmitir. En este caso, la canción "Just Breathe" recuerda, quizá demasiado, a uno de los temas principales de la banda sonora de Into The Wild, "Tuolumne", compuesta por él mismo. No es algo necesariamente malo, a mí personalmente me encantó esa canción, pero hay que admitir que ambas son bastante clónicas.

Después de esta primera pausa, el disco no pierde energía y sigue con sus canciones de medio tiempo al estilo "Whishlist". La última oleada de energía vuelve con "Supersonic", antepenúltimo tema del disco que, por alguna extraña razón, respira cierto aire a Ramones mezclado con..¿twist? Llamadme paranóico, si queréis...

El cierre del disco no podía ser más sentimental. Con una canción titulada "The End" que seguramente, como pasó con Nothingman, en un futuro cercano tengamos que aguantar en los créditos de alguna peli pastelosa de las que sólo Hollywood sabe hacer. En cualquier caso, mi pequeño cerebro sentimentaloide la encuentra muy bonita, aunque procurare no anunciarlo muy a menudo para que nadie cuestione mi gran hombría.

En conclusión, y dándomelas de reportero de la Rolling Stone, califico este último trabajo de Pearl Jam con un 8,5/10. Un notable alto por el gran esfuerzo y porque, a pesar de los años, siguen sabiendo reinventarse (con sus más y sus menos) a sí mismos.

El enlace del disco: http://rs484.rapidshare.com/files/278709767/pjbckspscr.rar